
La gigantesca erupción, de 32 kilómetros de altura, produjo un flujo piroclástico y una nube ardiente que carbonizó, sepultó y fotografío para la eternidad a casi toda la población. La ceniza consumió la ciudad rápidamente pero también conservó y petrificó las formas de edificios y cuerpos tal cual les pilló la catástrofe.
Cientos de ellos pueden verse -y fotografiarse- en los museos pompeyanos.(imagen a continuacion)
Marzo de 1991. Iraq. Primera guerra del Golfo. Operación “Tormenta del desierto”. El fotoperiodista Ken Jarecke capta una de las instantáneas más espantosas de la guerra. Un anónimo soldado iraquí petrificado en su camión por el fuego y por su cámara con un gesto imposible de olvidar. La distribución de la imagen (ver banner de presentaciòn de noticia) conmovió y revolvió a toda la opinión pública, hipersensibilizada con las vísceras en una guerra seca diseñada para las ‘consolas’. Ken contestó a las críticas con una frase para la posteridad:
“Si yo no hago fotografías como esta, la gente como mi madre va a pensar que la guerra es lo que se ve en las películas”
¿Que opinas de las fotos? Contenido cedido por Kurioso.es
“Si yo no hago fotografías como esta, la gente como mi madre va a pensar que la guerra es lo que se ve en las películas”
¿Que opinas de las fotos? Contenido cedido por Kurioso.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario